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Capítulo 13

CONSERVAR UNA CANCIÓN EN EL CORAZÓN

"Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo"

Salmos 100: 2

 

Tener una canción en los labios es una cosa, y tenerla en el corazón es otra. Uno puede tener una canción en le corazón y no ser, sin embargo, capaz de cantarla con los labios, o puede ser capaz de cantar con los labios sin tenerla en el corazón. Es bueno tener una canción en el corazón y también tenerla en los labios. Sin embargo lo más importante es tener siempre una canción en el corazón. Esta parte de la Ley JA y de los Conquistadores, trata acerca de tener una canción en el corazón.

¿Qué significa la palabra "cantar"? Es producir sonidos musicales por medio de la voz, con inflexiones y modulaciones musicales. El canto es música audible, que puede ser o no ser agradable a los oídos y que expresa sentimientos de amor, tristeza, alegría, odio, angustia y otras emociones. Pero cuando tienes una canción en tu corazón, aunque no la puedas expresar con tus labios, la música aparecerá de todas formas en tu vida. ¿Cómo puedes saber su una persona tiene una canción en su corazón? Es fácil saberlo, porque su vida hace música por medio de su sonrisa, del tono de su voz, de la posición de su boca, de su porte, de su manera de hablar, de sentarse, de correr, de comer, de pensar, de jugar, etc. ¡Los muchachos y chicas que tienen una canción en el corazón son jóvenes que están vivos!

"Sed llenos del espíritu", le dice Pablo a los miembros de la iglesia, "hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo (Efe. 5:18-20)

A Jesús le gustaba tener una canción en su corazón. Le gustaba cantar.

"Nunca estuvo tan embargado por los cuidados de este mundo que no tuviera tiempo o pensamiento s para las cosas celestiales. A menudo expresaba su alegría cantando salmos e himnos celestiales. A menudo los moradores de Nazaret oían su voz que se elevaba en alabanza y agradecimiento a Dios. Mantenía comunión con el Cielo mediante el canto; y cuando sus compañeros se quejaban por el cansancio, eran alegrados por la dulce melodía que brotaba de sus labios. Sus alabanzas parecían ahuyentar a los malos ángeles, y como incienso, llenaban el lugar de fragancia. La mente de los que oían se alejaban del destierro que aquí sufrían para elevarse a la patria celestial. Jesús era la fuente de la misericordia sanadora para el mundo"(El Deseado de todas las gentes, p. 54)

La Biblia no es solamente un libro de historia, biología, biografía, filosofía y ciencia, sino también un libro de cánticos. ¿Pensaste en eso? La Biblia es muchas cosas.

Varios de los héroes bíblicos compusieron cánticos para conmemorar ocasiones históricas especiales. Por ejemplo, después del paso del Mar Rojo, Moisés compuso un impresionante cántico dando gracias a Dios por la liberación de los hijos de Jacob y celebrando la grandeza del poder milagroso de Dios al abrir las aguas y partirlas en dos. Lee Éxodo 15: 1-19.

David, el dulce cantor y artista de Israel, compuso un canto muy triste cuando se enteró de la muerte de Saúl y Jonatán y otro cuando murió Abner el general en jefe de sus ejércitos. Lee 2 Samuel 1: 17-27 y 3:33-34.

El libro de lamentaciones es un cántico que salió de la pluma del profeta Jeremías, compuesto para deplorar las calamidades que cayeron sobre Sión, es decir, sobre Jerusalén, la ciudad Santa. Cuando murió Josías, rey de Judá, el mismo profeta compuso otro cántico que está en 2 Crónicas 35:25. En Jueces 5, Débora y Barac cantaron su triunfo después de la derrota de Sísara y Jabin.

La Biblia registra otros tipos de cánticos. El libro de Cantares, por ejemplo, es uno de ellos, compuesto por Salomón, el Salmo 45 celebra el casamiento del creyente con Cristo; y tanto Ana la madre de Samuel, como el Rey Exequias, agradecieron los favores recibidos de Dios a través de cánticos solemnes y espirituales. Lee 1 Samuel 2: 1-10 e Isaías 38:9-20.

La virgen María, inspirada por Dios, cantó un himno de amor en el que engrandecía la obras divinas, como puedes leer en Lucas 1:46-55. Zacarías el padre de Juan el Bautista, y el anciano Simeón cantaron himnos de gratitud a Dios por la dádiva de Jesús, el Salvador del mundo. Esos dos cánticos están en Lucas 1:67-79 y 2:28-32.

Es posible que tengas el don de componer música de himnos y también la letra. Eso es algo que no todos pueden hacer, porque para ser un buen compositor se necesita sentir y pensar al mismo tiempo, ya que el cántico es tanto lenguaje del sentimiento como del pensamiento.

Tener una canción el corazón es comprender que la fe cristiana nos ayuda a sentir y a pensar. Es bueno pensar, pero también es bueno sentir. No hay nada de malo en reír, llorar, gritar y cantar. Las emociones son buenas, siempre que sean controladas por la razón y estén sujetas a la voluntad de Dios. Son necesarias para estar bien equilibrado.

Pata tener una canción en el corazón debes mantener el amor de Dios en tu corazón. "Conservaos en el amor de Dios", dice Judas (vers. 21). Amar a Dios es como calentarse al sol o bañarse en un caliente mar tropical o andar por la paya sintiendo una suave brisa primaveral rozándole la cara. Estando en ese amor se siente la verdadera felicidad y se tiene la sensación de fortaleza.

Cuando eras niño seguramente cantabas en la escuela sabática el himno que dice: "Es el amor divino mi gozo y mi placer, allana mi camino y me hace obedecer"? Te acuerdas? Ahora ya no lo cantas tantas veces, aunque ese himno continúe expresando la misma gran verdad. El amor hace felices y suaviza nuestro camino. El amor hace que cada día seamos más bondadosos con los demás. Si queremos estar contentos y felices, y ser cristianos que cantan, necesitamos sumergir nuestra vida en el océano del amor de Dios y andar diariamente a la luz de ese amor.

En Colton, California, hay una montaña de puro cemento, reducida hoy a la mitad de su tamaño debido a la voracidad de las perforaciones que la están corroyendo y a los enormes camiones que llevan su material pulverizado. Cuando alguien se acerca a esa montaña desde cualquier lado, lo único que se es cemento y solo cemento, desde la cima hasta la base. Podemos perforarla en cualquier parte y solo vamos a encontrar cemento. Eso es lo que sucede con Dios. Desde cualquier ángulo que lo contemplemos sólo podemos ver amor. "Dios es amor" dice, la Biblia en 1 Juan 4:8y, para estar dentro de ese amor, necesitamos dejarnos envolver por él, dejar que nos proteja e influya en nuestra vida durante las 24 horas del día.

Si estás feliz y contento con Jesús, es una buena señal de que estás sano y no sufres de alguna enfermedad espiritual. Si hay en tu corazón in cántico de amor y de cálido afecto por el Maestro, entonces puedes estar seguro de que estás en su amor.

¿Rompiste alguna vez un termómetro? El mercurio ese líquido plateado y pesado que está dentro del termómetro, se derrama y se divide en muchas bo0litas, todas las cuales continúan reflejando la misma luz, tal como hacían antes de que le termómetro se rompiera. El mercurio es mercurio desde su interior hasta su superficie. No es otra cosa, y no puede ser otra cosa.. Eso es lo que sucede con el cristiano que es cristiano desde el interior hasta la superficie, tanto por dentro como por fuera. Todo en él es cristianismo.

Conservar una canción en el corazón significa ser feliz por dentro y por fuera y en todo y por todo. Aunque hay que reconocer que no siempre es fácil ser tan felices interiormente. Hace años partió una expedición científica hacia el polo norte. El navío ártico quedó aprisionado por los hielos. La asustadora oscuridad polar, el frío extremo, los mismos alimentos día tras día, comida tas comida, hizo de aquellos hombres unos desgraciados. Los marineros se enfermaron. Finalmente, terminó la larga noche polar y comenzó el largo día de verano. Cuando los primeros rayos de luz del sol comenzaron a bañar la cubierta del barco el médico de abordo, el doctor E. K. Cane, dijo: "¡Ojalá los enfermos pudieran ver estos rayos del sol!"

Pero los pobres marineros enfermos estaban abajo en la oscuridad de la bodega. Entonces, al doctor Cane se le ocurrió colocar espejos de tal manera que algunos rayos del sol pudieran, finalmente, penetrar en la oscuridad de los cuartos a través de un ojo de buey. Al ver la luz cambió la mentalidad de los hombres y literalmente, empezaron a gritar de alegría: "¡Luz, Luz!" Todos recuperaron muy pronto la salud.

Deja que Jesús entre en tu corazón, él es "la luz del mundo", y la oscuridad, el tedio y la desdicha, desaparecerán inmediatamente. La luz tiene la capacidad de disipar la oscuridad. Nadie sabe que le sucede a la oscuridad. Lo cierto es que desaparece. Y aún una pequeña luz hace milagros. Toda la oscuridad del mundo no es suficiente para empañar el brillo de una pequeña llama.

Nunca canté un solo en una reunión religiosa, pero una vez en el campo misionero, nos pidieron a mi esposa y a mí que cantáramos un dúo. Muchas veces le habían pedido cantar a mí esposa, pero nunca a mí. ¡Mi talento no es cantar! Pero si conservo una canción en el corazón, la obra de mi vida puede llegar a ser una melodía de belleza y de cánticos para siempre. Y lo mismo puede suceder contigo.

Hay muchas personas tristes en este mundo. El canto hace que la gente se siente contenta. No importa dónde estés, siempre que tengas a tu lado a un miserable e infeliz, debes hacer brotar un cántico en tu corazón. Elena G. de White escribió lo siguiente: "Muchos al recorrer el camino de la vida, fijan sus ojos en sus errores, fracasos y desengaños y sus corazones se llenan de dolor y desaliento. Mientras estaba en Europa, una hermana que había estado haciendo esto, y que se hallaba profundamente apenada, me escribió pidiéndome algunos consejos que la animaran. La noche que siguió a la lectura de su carta, soñé que estaba en un jardín, me conducía por los caminos del mismo. Yo estaba recogiendo flores, y gozando de su fragancia, cuando esta hermana que estaba a mi lado, me llamó la atención a algunos feos zarzales que le e3storbaban el paso. Allí estaba ella, afligida y llena de pesar. No iba por el camino siguiendo al guía, sino que caminaba entre espinos y abrojos. ¡Oh!, murmuró ella, ¿no es una lástima que este hermoso jardín esté hechado a perder por las espinas? Entonces el que nos guiaba dijo: ‘No hagáis caso de las espinas, porque solamente os molestarán. Tomad las rosas, los lirios y los claveles’.

"?No ha habido en vuestra experiencia algunas horas felices? ¿No habéis tenido algunos momentos preciosos en que vuestro corazón ha palpitado da gozo respondiendo al espíritu de Dios? Cuándo abrís el libro de vuestra experiencia pasada, ¿no encontráis algunas páginas agradables? ¿no son las promesas de Dios fragantes flores que crecen a cada lado de vuestro camino? ¿No permitiréis que su belleza y dulzura llenen vuestro corazón de gozo?"(El camino a Cristo, pp 117,118)

Cuando lo prometes a Dios "conservar una canción en el corazón" le estás diciendo: "No guardaré para mi mismo todas las cosas desagradables que suceden. No dejaré que queden revoloteando en mi mente y jamás hablaré de ellas. Las ignoraré y miraré solamente lo bueno y lo bello. Hablare siempre de cosas agradables y dejaré de lado mi mal humor. Cantaré solo la mejor música y nunca esos sonidos baratos que llenan el mundo".

La señora Elena G. de White advirtió:

"Los jóvenes y las jóvenes... Tienen un oído muy agudo para la música y Satanás sabe qué órganos puede excitar a fin de absorber y cautivar la mente de modo que se pierda interés en Cristo... Los cantos frívolos y la música popular de hoy parecen concordar con sus gustos. Los instrumentos musicales han tomado el tiempo que se debía dedicar a la oración. La música cuando no se abusa de ella es una gran bendición, pero cuando se la usa mal es una gran maldición. Excita, pero no imparte aquella fortaleza y ánimo que el cristiano puede solamente encontrar en el trono de la gracia... Satanás está llevando cautivos a los jóvenes. Es un hábil encantador engañándolos para la perdición.

"El entretenerse con la música que si es apropiadamente conducido no es perjudicial, es a menudo una fuente de mal.. El talento musical frecuentemente desarrolla el orgullo y el deseo de exhibición, y los cantores piensan poco en la adoración de Dios..."

"Que todos se tomen tiempo para cultivar la voz de modo que las alabanzas a Dios se cantan en tonos claros y dulces. La facultad del canto es un don de Dios, úselo para su gloria."

"Recordemos que nuestras alabanzas van acompañadas por los coros de las huestes angélicas".

"Aquellos que se ha de unir al coro angelical en sus antífonas de alabanzas deben aprender aquí en la tierra el canto del cielo, cuya nota tónica es la gratitud"(La fe por la cual vivo, p, 244)

El reflexionar provoca alegría en el corazón. Temprano en la mañana, después de abrir los ojos piensa en las cosas por la cual debes estar agradecido a Dios. Has una lista de ellas, y te sorprenderás. Los pensamientos alegres producen palabras alegres, y las palabras alegres iluminan a los infelices que no saben hacer otra cosa m’s que gemir y quejarse todo el día.

Cierta vez prediqué un sábado de mañana en una agradable capilla tropical en las islas de Hawai y como era el día de Acción de Gracias, invité a nuestros hermanos a dar su testimonio de gratitud. Entre los muchos que agradecieron a Dios, estaba un muchacho de 3 ó 4 años de edad que se levantó con una gran naranja en sus gordinflonas manos. Al mirarlo y ver una chispa brillante en sus grandes ojos azules, tragué un poco de saliva y le pregunté: Wellesley, ¿quieres también dar gracias a Jesús?" "Sí, quiero", me respondió, "quiero agradecerle a Jesús por esta gran naranja". Y la levantó bien en alto con las manos.

En algunas partes del mundo la naranja es considerada como medicina. Se extrae el jugo con una cuchara y se lo usa como medicamento. En algunas partes del mundo nuestras naranjas valdrían su peso en oro. Son un tesoro por el cual todos deberíamos dar gracias a Dios.

Hay momentos de tristeza y difícilmente en los cuales es difícil tener un cántico en el corazón, pero, como hijos de Dios, necesitamos entrenarnos para que hasta nuestros pensamientos sean de felicidad. En tales ocasiones deberíamos decir: "Podría ser peor" o "nuestras dificultades no son tan grandes como las de otros".

La vida tiene su lado rosado y su lado gris, y no debemos mirarla con anteojos oscuros. Por ejemplo, tomemos el caso de la muerte que parece no tener esperanza alguna en sí misma. Sin embargo, también posee su lado brillante que es el de la resurrección: Jesús murió, pero resucitó al tercer día y Lázaro, un íntimo amigo de Jesús, murió y fue resucitado cuatro días después.

La resurrección victoriosa de Jesús nunca habría sucedido si antes no hubiera muerto en la cruz del Calvario.

¿Volaste alguna vez en un avión en un día nublado, cuando la visibilidad es de apenas uno o dos kilómetros? ¿Qué sucede unos pocos minutos después de levantar vuelo? La imponente nave pasa a través de las nubes y entra en la zona donde brilla hermosamente el sol. Eso es lo que sucede con nosotros, por la fe, dejamos abajo las planicies de las neblinas, de la duda y del temor y subimos hasta las alturas del amor de Dios.

Recordemos que así como el enorme avión necesita poderosas turbinas para levantarse del suelo y elevarse hasta las alturas, así es necesario también que el cristiano tenga su motor, su poderoso motor para salir del lodo de la desesperanza y llegar hasta donde brillan los rayos solares de las bendiciones divinas. Este motor, en verdad es más poderoso de todos, es Dios, que prometió que te ayudará a decolar y a permanecer en las alturas hasta que lleguemos a nuestro destino eterno.

Una vez visité un cementerio. En una pequeña columna de mármol, decía:

Mini E. Esposa de Harry V. Belt

27 de junio de 1880

13 de junio de 1901

Mini era como una sonrisa que brillaba

en medio del dolor. Su vida fue tan corta,

¡pero tan llena de amor!

La gente recuerda siempre a las personas felices, alegres y joviales, pero los tristes, infelices y malos pronto son olvidados.

En la vida de Cristo había una dulzura semejante al de la corriente de agua que serpentea por las montañas. ¿Vivimos sobrecargados de tristezas, o vivimos como ungidos con la alegría que viene de Dios? Nuestro Padre Celestial dijo acerca de Jesús "Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia" (Mat 3:17) y, en hebreos 1:9 dice también: "Has amado la justicia y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió dios, el Dios tuyo con óleo de alegría más que a tus compañeros"... Esa era la alegría que se veía en toda la vida de nuestro Maestro. Aunque era "varón de dolores"(Isa. 53:3) y estaba familiarizado con el sufrimiento, aunque el pecado hería su corazón y tenía razones para sentirse triste por ello, su naturaleza era alegre. Fue un bebé feliz, y su más profundo deseo es que sean felices también todos los que lo aman.

La presencia de Dios es lo que hace que la vida cristiana sea supremamente feliz. El Señor le dijo a Abraham: "Yo soy su escudo y tu galardón será sobremanera grande"(Gn. 15:1) Los cristianos no necesitamos esperar llega al cielo para recibir el galardón. Lo recibimos ya ahora, porque la presencia de Jesús es nuestro galardón, nuestro premio. Su presencia está con nosotros todos lo s días. Él es nuestro guía a través de la vida.

¿Escuchaste la historia de aquel anciano que llevaba siempre consigo una pequeña aceitera por doquiera que iba? Cuando pasaba por una casa y oía que una puerta chirriaba, colocaba aceite en las bisagras y si el portón del frente o de los fondos se abría con dificultad, ponía aceite en los goznes..

La gente decía que el viejito era excéntrico, pero cuando las ruedas del carro de algún vecino chirriaba o cuando alguna máquina no funcionaba, enseguida se acordaban de él. Su gran preocupación a lo largo de su vida era conservar su aceitera siempre llena para terminar con los chirridos y lubricar los objetos que encontraba.

En Mateo 25:1-13, Jesús contó la historia de diez vírgenes que esperaban que el novio llegara para sumarse al cortejo. El novio se demoró. Llegó la noche y cansadas se durmieron. A la medianoche se oyó la voz del pregonero, que decía: "¡Aquí viene el esposo, salid a recibirle!" Todas se levantaron, refregaron sus ojos soñolientos y despabilaron sus lámparas para salir al encuentro del esposo. Pero a cinco de ellas no les quedaba ya aceite en sus lámparas, de modo que salieron rápidamente a comprarlo, mientras que las otras cinco vírgenes que tenían reserva, se unieron a la procesión y entraron a la fiesta del casamiento.

El aceite simboliza al Espíritu Santo, y las vírgenes representan a los seguidores de Cristo, tanto jóvenes como ancianos. Las cinco vírgenes que tenían aceite de reserva estaban contentas y felices. Tenían una canción el corazón. :Las cinco vírgenes que no tenían aceite de reserva eran miembros de su iglesia pero no tenían el Espíritu Santo. Simbolizan a los que dicen creer en Jesús, pero no lo tienen a él en el corazón. Son los que no respiran del amor de Jesús como las desoladas colinas del desierto lo están del rocío y de la lluvia. Esas personas necesitan la humanidad celestial, necesitan el aceite extra que deberían tener en sus recipientes.

Jesús quiere que todos nosotros seamos cristianos felices, llenos con el Espíritu Santo. Él ha prometido darnos la victoria sobre nuestros pecados. No quiere que vivamos allá abajo, derrotados vez tras vez.

Por lo tanto, guarda el amor de dios en tu corazón. Esa es la forma de conservar una canción en el corazón. Por la gracia de Dios, "prometo conservar una canción en el corazón". ¿ Estás dispuesto a mantener esta promesa?.