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Capítulo 6

"Seré Siervo de Dios y Amigo de la Humanidad"

"Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis,

y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí"

Isaías 43:10

 

¿Te gustaría ser portador de buenas noticias? La palabra "evangelio" significa "buenas nuevas". El evangelio de Jesucristo son las buenas nuevas e salvación por medio de la fe en él. Cada seguidor de Jesús, joven o anciano, debe transmitir el evangelio de nuestro Señor a sus amigos y relaciones. Puedes hacer viviendo, en primer lugar, una vida cristiana feliz y entusiasta; en segundo lugar, dando testimonio de la dulzura de la vida y de tu fe religiosa, usando palabras cálidas acerca del amor de Jesús y de su bondad que es tan grande que perdona todos nuestros pecados. En tercer lugar, puedes distribuir publicaciones, apoyar a los misioneros y colportores a través de ofrendas y oraciones, y hacer todo lo que puedas para apoyar a la iglesia, tanto en sus necesidades propias, como en los planes de la iglesia para ayudar a los pobres y necesitados.

Mientras dirigía una semana de oración en uno de nuestros colegios, una de las señoritas del hogar de niñas me escribió una carta en la cual decía lo siguiente: "Por primera vez en mi vida tuve la fe y la seguridad de que vencí, con la yuda de Cristo, los pecados que me dominaban". Luego mencionaba la estrofa de un himno que había mencionado desde pequeña y que dice así: "Del triste mundo lleno de muerte y dolor, quisiera yo llevar a Dios un pobre pecador" (Himnario Adventista, N° 519). Esta señorita, al mencionar esta estrofa, deseaba mostrarme que ahora estaba dispuesta a aceptar su deber de ayudar a los demás.

Tan pronto como nos acercamos a Jesús y recibimos su perdón, nace en nuestro corazón el deseo de llevar a otros el conocimiento del precioso Amigo que encontramos en Cristo. Nadie puede conocer, realmente, el amor de Dios sin sentir el deseo de compartir esta preciosa experiencia con los demás: "Gustad, y ved que es bueno Jehová" (Salmo 34:8). Este versículo nos da la idea de cómo hacer una invitación. El hecho de ofrecer a los demás la salvación que recibimos, da a nuestro corazón la mayor satisfacción que puede existir.

Juan Wesley, el gran predicador y teólogo metodista, fue siervo de Dios y amigo de la humanidad. El gran propósito de su vida era vivir para bendecir a los demás. Cuando murió, había ganado más de medio millón de almas para Cristo. El consejo que daba a los cristianos era: "Hagan todo el bien que puedan, de todas las maneras que puedan, en todos los lugares que puedan, a todas las personas que puedan, y siempre y cuando puedan".

Cada joven y señorita cristianos deberían desear ansiosamente ser siervos de Dios y amigos de la humanidad. ¿Cómo puedes querer llamarte hijo de Dios sin tener el deseo de servirlo, sin hacer de tus pies y manos instrumentos para llevar la carga de los demás, sin sonreír a los tristes, sin alegrarles el corazón, sin decir que Jesús quiere salvar a los pecadores, sin amarlos y estar listos si es necesario, a morir por quien murió por nosotros? ¿Estás dispuesto a ser un buen y fiel siervo del Señor? Lee Mateo 25:21.

Ser siervo significa que observas el movimiento de las manos del Maestro para captar cualquier indicación o dirección que desee darte. El mozo de restaurante que sirve las mesas observa con atención cualquier señal del cliente, y atiende a todos de acuerdo con las señales del empleador. En respuesta a un simple gesto, este siervo se apresura y busca un nuevo plato para la mesa de los invitados y, a la menor señal, trae el postre. Así es como debe ser el cristiano; un siervo de Dios que está siempre listo para hacer lo que sea necesario, y siempre atento para aprovechar las oportunidades de construir el reino de su Maestro.

Si no hablas de Jesús cuando tienes la oportunidad, contando acerca de su maravilloso amor, puede ser que nunca tengas la oportunidad e alcanzar a esa persona en particular. Tuve un vecino que murió repentinamente de un ataque cardiaco y me acuerdo muy bien que fui a prisa a la casa enlutada con el propósito de consolar a la viuda y hacer una oración en aquel hogar herido por la muerte, cuando salí, comencé a recordar con tristeza que nunca lo había visitado mientras vivía para decirle una palabra, una siquiera, sobre la salvación en Cristo Jesús.

Hay un antiguo proverbio árabe que dice, más o menos, lo siguiente:

Recuerda tres cosas que pasan y no vuelven:

La flecha que sale del arco,

Sigue su rumbo, y persigue su ruta,

Sin cambiar jamás; buscando su blanco,

Va siempre adelante, queriendo matar.

La palabra hablada tan pronto olvidada

Por ti; pero, que lo quieras o no,

Vive todavía en el corazón de los demás

Y hace su obra para bien o para mal.

Y la oportunidad perdida

Que no se volverá a presentar,

En vano la lloras, en vano la anhelas.

Estas tres cosas no volverán jamás.

Nuestra oración debiera ser el himno que dice:

"Ayúdame, Señor, en la vida aquí,

a ser bondadoso y fiel, haciendo el bien;

que cuando ore, pida a ti

por los otros también".

Es importante que tengamos en nuestra vida el blanco de ser fieles al Señor Jesús. El Señor dijo: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Jn. 10.10), y también: "Porque el hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:10). Jesús fue un fiel siervo de su Padre. Era humilde y siempre estaba listo para servir. Pedía cada día la dirección de Dios para saber como ayudar a los pecadores.

Jóvenes y señoritas, si trabajáis por otros niños o jóvenes, ganaréis más almas para Cristo que si lo hicierais por las personas de más edad. Debéis tratar de alcanzar a los jóvenes con el evangelio antes que sean mayores. ¿Sabéis que 19 de cada 20 personas que aceptan a Jesús como su Salvador, hacen esta decisión antes de llegar a los 25 años de edad?

El Dr. J. Wilbur Chapman habló cierta vez a un grupo de 4500 personas. Descubrió que 1875 de los presentes no habían tenido experiencia alguna con el amor de Dios. He aquí otros descubrimientos hechos en la misma ocasión: 400 personas habían tomado su decisión de seguir a Jesús cuando tenían 10 años de edad; 600 lo hicieron entre los 13 y 14 años; otras 600 entre los 14 y 15 años; y 100, entre los 16 y 20 años de edad. Apenas 25 habían tomado su decisión después de los 30 años.

Puedes ver que el mayor campo misionero en el mundo es el trabajo hecho por los jóvenes adolescentes y por los niños, aún por los más pequeños. Recuerda que cuando un niño tiene edad suficientes para amar a sus padres, tiene también edad para amar a Dios.

¿Qué significa, pues, ser siervo de Dios? Significa aceptar su mensaje de misericordia y estar dispuestos a hacer su voluntad. Ahora cantas: "¡Oh! Cuánto necesita obreros el Señor, que vayan presurosos al campo de labor. Alegre yo le digo, con todo mi valor: Conmigo cuenta tú, Señor", pero, imagina que un día, cuando seas grande, Jesús te llame para ir al Africa, o a Asia, o quizá para trabajar en alguna helada isla del Norte, entre los esquimales y, entonces, ¿que harás? ¿Irás?

Los jóvenes siempre sueñan con el futuro y con lo que van a hacer en la vida. Si Jesús quiere que seas un ministro, ¿estás listo para serlo? Para ti eso sería servir a Dios como su siervo. Pero si Jesús no quiere que seas un predicador, puedes ser su siervo haciendo cualquier cosa que te pida. Quizás tus mejores calificaciones están en el campo de la mecánica; o en el de la música o el arte; posiblemente en el campo de la carpintería. Puede ser que él quiera que seas médico, enfermera, profesor. No es necesario ser predicador para ser siervo de Dios. Pero si uno es llamado para ser predicador, no puede tener éxito en el más alto sentido a menos que responda afirmativamente al llamado. Dios tiene muchos siervos, pero sólo algunos son predicadores, no todos. Lamentablemente hay algunos jóvenes a quienes Dios llama para ser ministros, que deciden seguir sus propios caminos. ¡Qué pena!

" Yo quiero ser obrero de valor, confiando en el poder del Salvador, quien quiera trabajar hallará también lugar en la viña del Señor" (Himnario Adventista, 351)

¿Puedes cantar este himno? Si puedes comprender bien el significado de estas palabras entonces eres, realmente siervo de Dios.

Moisés, Pablo, Elías fueron siervos de Dios, Mujeres como Ester, María, Marta, Eunice, Florencia Nightingale y Elena G. De White, sirvieron al Dios del cielo exactamente en el lugar que él les indicó.

En el plan de Dios hasta las bestias de carga tienen su lugar, como el jumento en que Balaam cabalgaba en aquel histórico viaje, o como aquel otro que llevó a María y a Jesús a Egipto.

Elena G. De White tenía un caballo muy fiel al que llamaba "viejo Charley", cuyo trabajo era arrastrar su carro a lo largo de los muchos viajes misioneros que hacía por la Nueva Inglaterra. Decía que ese caballo era también un siervo de Dios. Las pequeñas palomas mensajeras que llevaban los mensajes a los soldados que estaban en el frente durante la Primera Guerra Mundial eran siervos de Dios. Los búfalos, los bueyes, los caballos que arrastran los arados, preparando la tierra para la siembra, son también siervos de Dios. Los perros policiales adiestrados que buscan a los malechores en las grandes ciudades, ayudando a preservar la ley y el orden, puede, por eso mismo, ser llamados también siervos de Dios y amigos de los hombres. Todos los que colaboran para ayudar a la humanidad y para aminorar el sufrimiento de alguien son los siervos de Dios y amigos de la humanidad.

La creación animal obedece más que los hombres. Toda la creación sirve a Dios, sólo el hombre es rebelde. ¿No te parece terrible? ¿Por qué? ¿Por qué tantos hombres y mujeres son orgullosos al punto de preferir dejar de servir a Dios ¿ ¡Es porque prefieren vivir para sí mismos! Si resolvieran servir a Dios y lo amaran, entonces serían también sus siervos.

Los antiguos griegos hablaban de un personaje de sangre real, llamado Narciso, que un día fue al lago a beber agua. Al mirar su rostro reflejado en el agua se enamoró de sí mismo. Se impresionó tanto de su hermosura que no pudo volver a ser feliz a menos que tuviera un espejo frente a sí. Disfrutaba contemplándose a sí mismo.

Si perteneces a la "familia de los Narcisos", será muy difícil que tengas éxito como siervo de Dios. Jesús no pensaba en sí mismo. No andaba con un espejo delante de su cara. Caminaba con la imagen de los sufrientes de este mundo delante de él, y los ayudaba, curaba a los enfermos, resucitaba a los muertos, limpiaba a los leprosos, expulsaba demonios y hacía el bien por todas partes. Estaba lleno del Espíritu Santo y andaba siempre con Dios.

En tu barrio hay muchos chicos y chicas que quieren ser amigos tuyos. Sé amigo de ellos y preséntales a Jesús, el mejor de todos los amigos, el Amigos que es "mas unidos que un hermano" (Prov. 18:24). Llévalos a la Escuela Sabática, a la Iglesia, a los Conquistadores. Haz todo lo que puedas para que se sientan felices.

"Por la gracia de Dios seré". Sí, le prometiste al Señor que será siervo suyo y amigo de los demás. ¿Estás cumpliendo esta promesa?

Aunque todos los chicos y chicas sueñan con el futuro, hay algunos que piensan que no valen mucho. Son tímidos porque a veces cometen errores. Recuerda que Dios sabe lo que puedes llegar a ser; él tiene un lugar especial para tí en el mundo donde puedes servirlo. Puede ser que no sea el lugar más importante, pero hay un lugar que está esperándote. Un muchacho o una chica con un poco de talento y una gran fe en Dios puede hacer mucho bien, pero una persona con muchos talentos y sólo un poco de fe no hará mucho bien en el mundo. Haz lo que puedas con lo que tienes, y Dios se encargará de que tengas éxito.

¿Es tu lugar en la vida pequeño?

¡Cuídalo con mucho cuidado!

Porque fue Dios quien te puso allí.

¿Es tu lugar en la vida importante?

¡Cuídalo con mucho cuidado!

Porque fue Dios quien te puso allí.

No importa cual sea tu lugar,

No es tuyo solamente,

Sino suyo, porque fue él quien te puso allí.

A menudo Dios comienza su obra con algo pequeño, como las diminutas semillas que caen en el surco y se transforman en un árbol gigantesco. El piñón es el comienzo y el pino es el final. ¿Que dije? ¿El final? ¡No! Cuando el pino llega a ser grande, da más piñones y éstos, a su vez, se transforman en más pinos gigantescos, y así sucesivamente. Este mundo está lleno de tristeza, y hay millones de personas que buscan alivio. Si vas con ellos y les proporcionas alivio, y les llevas la esperanza del evangelio, las tristezas, las enfermedades y desgracias se pueden transformar en impresionantes bendiciones.

Jesús dijo: "Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres" (Mar. 1:17). ¿Cómo? En los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, aprendemos cómo podemos llegar a ser pescadores de hombres siguiendo el ejemplo de Jesús.

La gente aceptará a Cristo si nosotros estamos contentos, felices y llenos de alegría. "En tu presencia hay plenitud de gozo", dice el salmista, "delicias a tu diestra para siempre" (Sal 16:11).

Sin embargo como dice un escritor, hay cristianos que siempre tienen excusas para no hacer lo que Dios les pide. Tú dices: "No me siento muy bien. Estoy enfermo" ¿Qué es eso? Conozco personalmente a muchos chicos y chicas deficientes y discapacitados que trabajan con éxito para Jesús. Fanny Crosby nació ciega, pero escribió los más hermosos himnos evangélicos cuyas letra y música llenas de poder y de alabanza a Dios llevaron muchas personas a los pies de Cristo.

"Pero, tengo algunos problemas", dices. Juan Bunyan también los tenía. Su problemas era que lo encarcelaron; pero en la celda de la prisión escribió El peregrino.

"Pero estoy enterrado bajo un montón de dificultades", te quejas. Pues bien, Jorge Washington estaba literalmente enterrado bajo la nieve en el Valle de Forge, pero resistió las tempestades de aquel invierno mortal de Pennsylvania y vivió para ganar la guerra de independencia y llegar a ser el primer presidente de los Estados Unidos.

Conozco a un joven que nació en la pobreza, pero tomó la decisión de ser siervo de Dios y amigo de la humanidad. Abraham Lincoln también nació en la pobreza, pero llegó a ser el más amado y respetado presidente de su patria, mundialmente conocido como ejemplo de lo que puede suceder a un hombre que no se desanima y continúa probando.

"Pero yo pertenezco a una raza impopular". Oí también muchas veces esta disculpa. Disraeli, el famoso primer ministro de Gran Bretaña, era judío y fue objeto de prejuicio racial toda su vida, pero llegó a la cima. Llegó a ser el famoso primer ministro de la reina Victoria, durante la época de apogeo del imperio Británico.

"Pero tengo asma y no puedo hablar tan bien como los otros", dicen algunos. Pues bien, Teodoro Roosevelt era asmático, pero se sobrepuso a la enfermedad y llegó a ser uno de los más vigorosos presidentes de su país. Una vida dura al aire libre y la firme voluntad de alcanzar el éxito, lo hicieron triunfar. Karl Steinmetz fue, durante años, víctima de fuertes dolores reumáticos, pero llegó a ser uno de los más grandes genios de la electrónica en el mundo. Walter P. Chrysler se ensuciaba las manos con grasa manejando su vieja locomotora, pero decidió progresar, y progresó. Fundó una de las compañías más grandes de automóviles del mundo. Arturo Toscanini era solo el segundo violín de una orquesta poco conocida cuando, en Río de Janeiro, tuvo inesperadamente que asumir la dirección de una ópera, y estaba tan bien preparado para ello que lo hizo de memoria y llegó luego a ser considerado como "el más grande director de orquesta de todos los tiempos". Se lo conocía como "el maestro", el genio.

El crimen no es fracasar. EL crimen es no tener un gran blanco en la vida. EL hombre puede vacilar, tropezar y hasta caer, pero se levantará y seguirá adelante si es una buena persona. Nuestra época necesita héroes y heroínas. Las circunstancias hacen los héroes. Y, recuérdalo, al enfrentar las circunstancias es cuando nacen los héroes y heroínas. Reflexiona ahora en los siguientes y significativos lemas:

"Cuando desentierro las dificultades de los demás, descubro un lugar para sepultar las mías."

"Dale al mundo lo mejor que tienes, y lo mejor volverá otra vez a ti".

"Cuando un hombre vive para sí mismo, tiene una pobre compañía".

"El que ilumina la vida de los demás, está iluminando la suya propia".

"Es difícil olvidar a las personas que se olvidan de sí mismas".

"Es mejor practicar una buena acción cerca de casa, que ir lejos para quemar incienso".

Si no sientes el deseo de ser siervo de Dios y amigo de la humanidad, pídele a Jesús que te ayude a olvidarte de tí mismo. Olvidarse de sí mismo es una condición imprescindible para tener éxito en el trabajo por los demás. Sesear ser siervo significa olvidarse de sí mismo y poner a Dios y a los demás primero en tu vida.